Las primeras Hermanas llegan a Santander el 24 de marzo de 1884.
El Padre Fundador, San Benito Menni, se inclinó hacia el cuidado de los más desasistidos, por las enfermas mentales, mujeres, comprando a cargo de la Congregación de Hermanas unos terrenos en el camino de Casabermeja.
Desde los orígenes a la actualidad cumplimos con la Misión Hospitalaria, dando acogida, asistencia, cuidado especializado y preferente a los enfermos mentales, a personas con discapacidad física o psíquica y otros enfermos, teniendo en cuenta las necesidades y urgencias de cada tiempo y lugar, con preferencia de los más pobres y marginados.
El 31 de mayo de 1889 se celebró la inauguración oficial, ese mismo día denominaron a la casa como “Manicomio de Hijas de Ntra. Sra del Sagrado Corazón de Jesús”, quedando constituida la primera institución psiquiátrica de Santander.
Desde el punto de vista ASISTENCIAL se pueden considerar varias etapas en la historia del centro:
ETAPA DE ASISTENCIA PERSONALIZADA MULTIDISCIPLINARIA Y DE INTEGRACIÓN SOCIAL la asistencia adopta en sus servicios los principios de la medicina personalizada.
ETAPA REHABILITADORA con la reforma psiquiátrica llegó la revisión de las normas de asistencia al enfermo mental e introducir una nueva forma de trabajar: la rehabilitación y la reinserción social como elementos de primer orden.
ETAPA SANATORIAL Introducción del electrochoque y la Clorpromazina como primer neuroléptico. Etapa en la que las enfermas podían sanar o mejorar e incorporarse a su entorno familiar.
ETAPA ASILAR se inaugura el pabellón del Sagrado Corazón, San José y Santa Isabel, ocupados entonces por 250 enfermas. El ambiente conventual inicial pasaría a una institución asilar con introducción de técnicas nuevas como fisioterapia, piroterapia, electroterapia e hidroterapia. Culminaría esta etapa con la introducción de nuevos fármacos y control analítico de los efectos medicamentosos.
ETAPA FUNDACIONAL O CONVENTUAL, se dio respuesta urgente a las necesidades socio-sanitarias de la época ya que la pobreza y la escasez de medios con los que las Hermanas contaban eran notables. Hermanas y enfermas convivieron estrechamente unidas, formando una familia. Durante esta etapa se establecieron los grandes pilares centro.