Investigadores de la Universidad de Finlandia Oriental han detectado que los adolescentes que beben grandes cantidades de alcohol desarrollan un cerebro con menos materia gris, una región importante en la memoria, la toma de decisiones y el autocontrol, según los resultados de un trabajo publicado en la revista «Addiction»
El estudio fue observacional por lo que, según los autores, no se puede determinar si el consumo excesivo de alcohol sea responsable directo de este desarrollo atrofiado y, por tanto, podría estar causado por otros factores genéticos que, a su vez, serían los responsables de un mayor abuso del alcohol.
«Se ha visto que el uso de sustancias está relacionado con la exclusión social, problemas de salud mental y un menor nivel educativo», ha explicado Noora Heikkinen, autora principal del estudio, que admite que un menor tamaño de materia gris puede causar problemas similares al contener la mayor parte de las neuronas del cerebro.
Para evaluar el efecto del uso de alcohol en el desarrollo de los cerebros de adolescentes, los investigadores estudiaron a 62 jóvenes que participaban en un estudio sobre bienestar de la juventud. Entre 2013 y 2015 los participantes completaron diversos cuestionarios en los que respondían a preguntas sobre su consumo de alcohol, similares a otros previos realizados cuando tenían 13 años.
De adolescentes, el 35 por ciento de los participantes podían considerarse grandes bebedores por consumir alcohol más de cuatro veces por semana o, en caso de beber menos días, hacerlo en más cantidad. Asimismo, los otros 27 participantes fueron considerados bebedores ligeros.
Ninguno de los dos grupos presentaba síntomas de depresión u otras enfermedades mentales graves, y ambos presentaban tasas similares de ansiedad, trastornos de la personalidad y consumo de drogas. Sin embargo, los granes bebedores eran significativamente más propensos a fumar tabaco que el resto.
Cuando sometieron a los participantes a una exploración cerebral para analizar su materia gris y otras estructuras que pudieran verse afectadas por el consumo de alcohol, vieron que los que bebían más tenían menos materia gris que el resto. En concreto, las regiones más afectadas eran la corteza del cíngulo anterior bilateral, la corteza orbitofrontal y frontopolar derecha, la circunvolución temporal superior derecha y la corteza insular derecha.
La sección frontal del cerebro, que ayuda a las personas a tomar decisiones, continúa desarrollándose hasta que las personas llegan a los 20 años, según ha explicado Samantha Brooks, profesora de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) que estudia los efectos del consumo de alcohol en adolescentes pero que no participó en el estudio.
De hecho, esto hace que los adolescentes tengan durante su desarrollo una «ventana de vulnerabilidad» que los hace más propensos a desarrollar problemas relacionados con el uso de sustancias.
La profesora Heikkinen admite que frenar el consumo de alcohol puede servir para aumentar el volumen de materia gris si se hace suficientemente pronto, mientras que si no se para algunos cambios estructurales «pueden ser irreversibles», ha admitido.