Una nueva investigación científica publicada en la revista ‘Nature Communications’ rebate por completo lo que se pensaba sobre el origen de la demencia más común.
Hasta ahora se pensaba que el origen del alzheimer estaba ligado al hipocampo, el área del cerebro asociada a la memoria. Sin embargo, un nuevo estudio científico publicado en la revista ‘Nature Communications‘ ha rebatido por completo esta teoría y ha asegurado que el origen de la enfermedad radica en la muerte de neuronas en un área vinculada a los cambios de humor.
Para ser justos, el principal síntoma del esta enigmática patología es la pérdida gradual de memoria. Sobre todo se suele olvidar información recién aprendida, fechas o eventos importantes. Los pacientes también acostumbran a desorientarse con facilidad (es posible que se les olvide a veces dónde están y cómo llegaron allí) y tienen dificultades para desempeñar las tareas habituales o resolver problemas, como, por ejemplo, seguir una receta o sumar. Por ello, suelen depender de notitas, dispositivos electrónicos o familiares para hacer lo que antes hacían solos.
La clave está en la dopamina.
El investigador del estudio, Marcello D’ Amelio, está llamado a convertirse en el científico que revolucionará el estudio del alzheimer, una enfermedad neurológica (todavía incurable) que afecta a más de 47 millones de personas en todo el mundo.
Su investigación, que contó con la colaboración de la Fundación IRCCS Santa Lucía y el CNR de Roma, apunta al área tegmental ventral (ATV), famosa por ser la sede de nuestro circuito de recompensa. Allí se produce la dopamina, el neurotransmisor vinculado con la coordinación de los movimientos musculares, el placer y los cambios de humor.
El estudio ha sacudido los consensos científicos: la falta de dopamina en el hipocampo es la que provoca la posterior pérdida de recuerdos.Cuando realizas algo satisfactorio como tener un orgasmo, fumar un cigarrillo, comer dulces o recibir notificaciones del móvil, el ATV libera la dopamina, que actúa de mensajera química para que te sientas bien. De esta forma, este neurotransmisor regula las emociones, el placer y la motivación para encarar el día, y su déficit es una de las causas de la depresión. Tanto el exceso como la deficiencia de esta sustancia química son la causa de varias enfermedades como el párkinson o las adicciones.
Muchos pacientes sufren depresión o falta de motivación durante el Alzheimer. (iStock)
Los síntomas del alzheimer van mucho más allá de la pérdida de memoria. Es muy posible que los enfermos empiecen a distanciarse de las actividades sociales que solían hacerles felices, ya sea ir al cine, comer con amigos o jugar con los nietos. Suelen reducir su entorno y ocupaciones a lo que realmente les hace sentir cómodos, y esta reticencia se manifiesta a la larga en una creciente sensación de indiferencia. A su vez, cuando el olvido y los “te lo acabo de decir” forman parte de su día a día, es muy probable que surja una ansiedad relacionada con las pérdidas cognitivas.
Qué viene antes: la depresión o el olvido.
Con esto en mente, los investigadores buscaron evidencias biológicas y químicas de la asociación entre la motivación y la memoria o, lo que es lo mismo, la dicotomía entre qué fue antes, si el huevo o la gallina. Es decir, si alguien entra en depresión porque no puede recordar o si se olvida de las cosas debido a la depresión.
«La pérdida de memoria y la depresión son dos caras de la misma moneda», asegura el director de la novedosa investigación.
Analizando los cerebros de ratones de laboratorio, D’Amelio y su equipo llegaron a una conclusión que ha sacudido los consensos científicos: como en un efecto dominó, la muerte de neuronas encargadas de la producción de dopamina provoca la falta de esta sustancia en el hipocampo y la posterior pérdida de recuerdos. Esto explica por qué el alzheimer viene acompañado de la pérdida de interés y a veces de depresión.
Los investigadores también aseguran que los cambios de humor asociados a esta patología no son tanto una consecuencia de su aparición, sino más bien una señal de alarma del inicio de la enfermedad.
El Alzheimer reclama siempre dos víctimas: el enfermo que la padece y su cuidador o familia. (iStock).
Para demostrar la asociación con la falta de motivación, los científicos rehicieron el mismo proceso con ratones de manera inversa. A estos animales se les restauró los niveles normales de dopamina y, como consecuencia, recuperaron los recuerdos y la motivación. Esto, por supuesto, no quiere decir que algo así tenga que pasar con los humanos. Lo que sí está demostrado es que, como segura D’Amelio en el estudio, “la pérdida de memoria y la depresión son dos caras de la misma moneda”.
El alzheimer es la forma más común de demencia que existe. Además, es degenerativa, por lo que su frecuencia aumenta con la edad. En total, más de 46 millones de personas sufren la enfermedad en todo el mundo y, si la tendencia continúa, en 2050 serán 131,5 millones.